lunes, 12 de marzo de 2012

Élla

Élla pareciera poseer esa capacidad de asombrar al amante que a mi me vuelve loco, creo poseer el tino de ver en esa mujer el potencial hecho acto y eso me arranca el loco lindo y me la quiero comer a pedacitos muy pequeñitos como un niño que come su milanesa hecha trocitos para su pequeña boca. No creo en el amor a primera vista pero tampoco creo en las grandes construcciones, por eso me aburre El Guernica. Y vos no.

12 de Marzo, La Lucila

El hospital

En el hospital


Un culo gigante empuja mi lateralidad hacia la chica que también se resigna en la sala de espera del infierno. Ella es definitivamente no-moderna, vulgar pelo teñido por químicos terrestres y aspiraciones profundas convergen en su sexo.
El obrero municipal también espera su turno para entrar en el infierno, adusto y dichoso su casaca sucia de calle de mierda reza "mantenimiento". No se que es ser un poeta pero si se que se siente en la sala de espera del infierno, el pesado calor puja la transpiración fuera de mis poros
                                                          liquido abandona este cuerpo
       que será consumido por calores solares meridianos matutinos mertos.


El fantasma del SIDA y los agujetazos cocainómanos perdido en el lejano sur que Lanús dibuja como un prospecto
                                                     parece ser mi purgatorio.
¡Harto de mi!
¡Viejo de mi!                   
                                               Asi parece que han pasado años y son tan solo
doscientos días.


Solo veinte minutos y abre la ventanilla la ninfa rubia con la que fantaseo brutales vejaciónes en camillas oxidadas desesperadas,
                                                                                 sangre ajena y própia y orgasmos enormes rodean mi sexo empujado con vehemencia hacia SI inundando útero ovarios y rebalsando de MI se estremece en un temblor hermoso de muerte corta y tetas grandes.


Coger sería un balsamo cuando estás olvidado en la sala de espera del infierno aunque en realidad Hoy, AHORA, solo quiero que me abraces y me digas: "D., te quiero"


Octubre de 2011, Vicente López.